martes, 23 de abril de 2013

Pocos saben de las cosas que me relajan y me vuelven loca. 

El musgo es una de esas cosas. Verlo, olerlo, tocarlo, estar rodeada de musgo en un ambiente neblinoso. He tratado de plantar musgo en mi casa, pero no se reproduce, voy a seguir intentándolo. 

Las cosas en miniatura, mini terrarios, los bonsais, las casitas de muñecas de madera, las cosas hechas a escala.  

También los terrarios en general, me gusta la idea de sembrar vida dentro de un pequeño recipiente. 

La madera, en general la madera, viva y muerta. Como driftwood ("madera a la deriva" o madera que se pasea con el vaivén del mar) o corteza de árbol tirada en el camino. Me gusta el sabor de la madera, su textura y me gustaría tener una casa entera hecha de madera. 

Me gustan las cuevas, pensar en que existen muchas que la humanidad no conoce, cuevas debajo del agua, cuevas de piedra, de tierra, de piedras preciosas. O como en la película del viaje al centro de la tierra, donde se encontraron supuestamente un ecosistema con especies nuevas.

También tengo una loca obsesión por los faros, esos típicos faros rojos con blanco que están en medio del mar o a la orilla de un risco. Siempre me ha dado curiosidad cómo es estar adentro de uno, quisiera visitar tantos faros como sea posible.

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